Falta de concertación, irrespeto por el territorio

No entiende uno las lógicas gubernamentales para desarrollar acciones y proyectos en los territorios. Parece que algunos funcionarios y dependencias sólo trabajaran por indicadores, o sea números y cifras, sin considerar que esos datos numéricos contienen acciones e impactos hacia personas y grupos poblacionales de carne y hueso. Los indicadores son los que dicen si la tarea se cumplió o no y son metas que contiene el Plan de Desarrollo Municipal y que deben cumplirse año a año.
La inquietud surge porque llegan servidores y contratistas a Santa Elena con el indicador en la frente pero no dimensionan que, para cumplirlo, lo primero y más respetuoso con el territorio sería consultar a la comunidad que les va a ayudar a cumplir con el indicador. Uno no sabe si por inexperiencia (pasa muy a menudo) o por sordera administrativa (puede ser que lleguen con instrucciones de imponer sin conversar, esperaría uno que no), jamás conectan con esa comunidad a la que necesitan impactar y con la que deben interactuar para lograr la meta, pero además para generar impacto. Por supuesto, todo hay que decirlo, todos los funcionarios no son así. Hay que reconocer el bonito y concertado trabajo que hacen muchos de los servidores que llegan al territorio, ellos se identificarán con lo que escribimos, pues no sólo son muy respetuosos de las dinámicas del corregimiento sino que siempre están dispuestos a conversar, a escuchar, a intermediar, a cambiar el rumbo si es necesario, a prestar un real y eficaz servicio a la comunidad, para lo cual fueron contratados. Casos bonitos, Salud, Inder, Mujeres, Medio Ambiente, Inclusión Social (otros programas), Gerencia de Corregimientos, la Gerencia Territorial mientras funcionó por temas de pandemia, Desarrollo Económico, Turismo y la misma corregidora (se ha tomado el trabajo de conversar con los diferentes actores y ahí hay un ejercicio respetuoso del poder), entre otros. Pero hay otros profesionales que ni con advertencias de varios líderes, solicitudes respetuosas, correos electrónicos, mensajes vía WhatsApp, llamados insistentes, entienden y atienden las peticiones de la comunidad.
Nos pasó este año con la iniciativa de la Mesa Territorial de Seguridad Alimentaria, liderada por la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, la cual no pudo concretarse ni realizar un trabajo de impacto (sí, justo este año cuando se necesitaba tanto por temas de la pandemia), debido a la miopía de la funcionaria. Lo primero que hizo fue abrir un grupo de WhatsApp, invitar a reuniones descontextualizada ella de cualquier dinámica del territorio y cerrarse al diálogo. Varios líderes del tema en el corregimiento y además nosotros como medio de comunicación, le insistimos en que revisara lo que hay en Santa Elena, los esfuerzos de varias organizaciones este año por la seguridad alimentaria, grupos existentes como la Mesa Agropecuaria o los varios que hay sobre huertas en el corregimiento y la señora hizo oídos sordos a las peticiones hechas por varias personas. Total, finalizó el año y no pudo realizarse nada contundente, entendiendo con tristeza que era un proceso demasiado necesario e importante para el corregimiento en un año como este. Pero definitivamente, así no es.
La Administración Municipal debe entender que la concertación no se hace desde la Alpujarra hacia Santa Elena, ni vía WhatsApp imponiendo actividades, sino tocando la puerta de organizaciones y procesos del corregimiento para conversar, encontrar puntos comunes, concertar actividades y luego construir entre todos. La concertación no es de arriba hacia abajo sino de la base hacia la cúpula. Lo contrario, es un irrespeto por el territorio y sus dinámicas y así no hay manera de que los procesos que la administración quiere desarrollar tengan éxito, porque entre otras, nuestra comunidad no le camina a la imposición.
Esperemos que lo aprendido en este año tan complejo por la pandemia, con tantas actividades realizadas a pesar del encierro, con el comienzo de un nuevo gobierno municipal y múltiples iniciativas para impactar a las comunidades, el aprendizaje permita comenzar un 2021 con más cercanía entre la administración y la población, con acciones más contundentes y de impacto y que, más que cualquier otra cosa, sean concertadas con quienes serán los reales beneficiarios de dichos proyectos.

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