Santa Elena y el calvario por la emergencia con la vía

Fotos Cortesía Corregiduría

Desde el martes, 5 de abril en la madrugada, el territorio de Santa Elena vive una emergencia que ya la comunidad conoce. Mientras todos rogamos para que no llueva más, la montaña del territorio de Santa Elena se mueve y se manifiesta con diferentes derrumbes y caída de material, lo que ocasiona el cierre de la vía principal que comunica al centro de la ciudad con el corregimiento. La vía a Santa Elena está inhabilitada debido a la caída de piedra y lodo, además de material vegetal, en el kilómetro 11 + 200, más conocido como el Mirador. Es un evento similar al ocurrido en mayo de 2021, cuando el principal ingreso a Santa Elena estuvo cerrado totalmente durante una semana, por emergencia en el mismo sitio.

¿Cómo han sido los cierres?
En esta ocasión, la dificultad comenzó el martes 5 de abril, día que estuvo cerrada totalmente la vía hasta el miércoles 6, casi todo el día. Fue reabierta entre las 4:30 p.m. y las 10:00 de la noche, cuando fue inhabilitada nuevamente, con la esperanza de que fuera abierta a las 6 de la mañana de hoy 7 de abril. Mientras se mantenía el anhelo de la apertura, la Concesión Túnel Aburrá Oriente, encargada de la carretera, anunciaba muy temprano que no podría ser abierta. Apenas ahora, a las 4:28 fue abierto el paso controlado, pero debido a las fuertes lluvias fue cerrada nuevamente a las 6:24 de la tarde hasta nuevo aviso.

Paciencia de la comunidad
El cierre de la carretera a Santa Elena genera múltiples traumatismos. El principal, la ausencia de vías adecuadas para llegar a la ciudad de Medellín. Esto se resume en los trayectos El Llano-Perico y El Cerro-Pantanillo, ambos de especificaciones inadecuadas para semejante tráfico y que, donde pasa algo, un varado o un incidente de tránsito, se colapsa toda la región. A esto, sumarle que el 6 de abril se presentó la caída de unos árboles en El Llano y con una sola vía para la movilidad (Pantanillo), la cosa se puso más compleja aún.

Personas que no atienden la norma
Estas dificultades han puesto a prueba la paciencia de la comunidad, que tiene que desacomodarse, madrugar un poco más para hacer recorridos más largos, por ejemplo el de las busetas por el Túnel o salir por Perico e ingresar por Pantanillo, aunque toque dar una vuelta más larga. Todos ponemos la cuota de sacrificio y es lo que piden las autoridades, más paciencia, mientras se intenta recoger el material y sobre todo, revisar la parte más alta de la montaña para verificar el riesgo de ese talud que sigue cediendo y más, con cada aguacero.
La situación también ha generado mayor preocupación de los entes encargados porque, en algunos casos (pocos, por fortuna), la gente no atiende instrucciones, se arriesga a pasar por el sector a pie, o en moto, a pesar del cierre y de las advertencias o solicitudes del personal. No faltan tampoco los insultos al personal que lo único que hace es cumplir órdenes y trabajar para solucionar el impase. Esto implicó, según información de la corregidora, Eliana Katherine Gómez Mejía, que fuera necesario militarizar el sitio. No es sólo el riesgo de las personas sino la dificultad para que la Concesión pueda hacer el trabajo de remoción de materiales que tiene que hacer mientras hay gente pasando.

Solidaridad para la movilidad
La otra dificultad es la falta de solidaridad para circular por donde se sugiere: salir por Perico, ingresar por Pantanillo, con el fin de garantizar la movilidad, teniendo en cuenta que son dos vías muy estrechas y que con cualquier evento se colapsan. Obvio, si hay un hecho por alguna de las dos, la otra tendrá que ser bidireccional, pero esta es la excepción. Las autoridades insisten en la prudencia, la moderación y mantener la directriz de circular de manera unidireccional, tal como se sugiere.
La población del territorio sigue a la espera de que la Concesión haga el trabajo que debe ejecutar, pero con una velita encendida para que el invierno dé una tregua y se vuelva a tener la vía abierta en normalidad.