Sostenibilidad, una práctica de amor, constancia y conciencia

Cerca de la urbe, donde no hay despertadores, tampoco pitos de buses, mucho menos el ruido ensordecedor de miles de carros acelerados se cosecha serenidad y armonía con la naturaleza. Aquí, los amaneceres y el despertar son a otro ritmo y por fortuna con sonidos muy distintos. Entre cantos de aves diversas, el arrullo del correr de agua en la quebrada, la algarabía de las gallinas y el sol…imponente pero suave, muchas familias campesinas, que habitan desde hace años en el corregimiento de Santa Elena y algunas veredas de Guarne, se levantan sin sobresaltos pero sí con ánimos y energía para labrar la tierra, esa que a punta de cariño, abonos y una que otra conversadita, les abraza en cada cosecha entregándoles variados productos que les resuelven no solo su canasta familiar sino que además les garantizan algunos ingresos para la autosostenibilidad del hogar.

Luis Ángel Vásquez, Vereda Mazo, sector Los Vásquez.

Así de tranquila transcurre la vida de Julia Zapata y Luis Ángel Vásquez, dos campesinos que gracias al proyecto Hogares Sostenibles, liderado por EPM y la Corporación Parque Arví, encontraron en la agricultura respuestas para su economía, pero sobre todo para entender y mejorar su relación con la naturaleza.
Con el propósito de consolidar buenas prácticas ambientales, a través de la promoción de la cultura ambiental y poder así contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático y a la conservación y protección del recurso hídrico en las cuencas de las quebradas Piedras Blancas en Santa Elena y La Honda en Guarne y diferentes áreas de influencia del Parque Arví, nació en 2015 el proyecto Hogares Sostenibles.
Desde su creación, Hogares Sostenibles ha beneficiado a más de 40 familias. En este 2019 su enfoque principal es el reconocimiento del territorio por medio de encuentros comunitarios en los que se han trabajado temas como la valoración de los recursos naturales que hay en la zona, implementación de prácticas amigables con el medio ambiente, adecuación de nuevas soluciones ambientales y desarrollo de estrategias para el empoderamiento ciudadano en temas de participación comunitaria y cohesión social.

Julia Zapata, Vereda La Honda, Municipio de Guarne.

Julia Zapata habitante de la vereda La Honda del municipio de Guarne pertenece al programa desde hace aproximadamente dos años, ella vive con sus tres hijos y su esposo. Sus días inician a las 4:30 de la mañana, aproximadamente, lo primero que hace al levantarse es “despachar” a su esposo y a su hijo mayor para que vayan a trabajar, luego, como muchos campesinos, se dedica a organizar sus animales: perros, gallinas y conejos. Luego, invierte su tiempo en la huerta y su jardín. “En el programa nos han dado capacitaciones en muchas cosas, las que más me han gustado y que más he puesto en práctica son la de huerta casera, porque he aprendido cómo cosechar de forma orgánica y cómo realizar mi propio compost, además con las charlas de cuidado y la conservación de semillas he podido hacer un mejor uso de estas”, nos contó Julia.


Las más de 40 familias pertenecientes a Hogares Sostenibles cuentan con diferentes tecnologías: calentadores de agua con paneles solares, composteras, canoas, tanques de recolección de agua lluvia, filtros purificadores de agua y bombillas ahorradoras; entregadas por la Corporación y EPM para favorecer el aprovechamiento de recursos naturales como el agua lluvia y la luz solar, lo que también ayuda a los participantes para mejorar su situación económica al permitirles hacer un ahorro en servicios públicos básicos como lo son la energía y el agua. Además, con las capacitaciones y talleres de siembra orgánica han tenido la oportunidad de comercializar en el Mercado Arví las diferentes verduras y hortalizas orgánicas que cosechan en sus fincas.

Julia Zapata.

Julia Zapata expresa que gracias al filtro de agua ha podido mejorar su calidad de vida y la de su familia “antes yo hervía el agua en leña para poderla consumir, porque es agua de nacimiento y no de acueducto, entonces quedaba sabiendo mucho a humo, además, eso afectaba la salud mía y de mi familia ya que éste nos daba tos y nos hacía enfermar constantemente. Ahora con el filtro los jugos me quedan más ricos y todos podemos tomar agua tranquilamente”.
En la vereda Mazo, del corregimiento de Santa Elena, existe un sector llamado “Los Vásquez”, nombrado así porque los habitantes del lugar son pertenecientes a una misma familia, en su mayoría , a la familia Vásquez. Allí encontramos a Luis Ángel, un hombre noble, trabajador y amante del campo. Él vive con su hermano Tulio Mario y su madre María del Carmén, esta es una familia que pertenece a Hogares Sostenibles desde hace aproximadamente tres años. “EPM y la Corporación me han ayudado con tecnologías, como las canoas y los tanques para recolección de agua lluvia que nos sirve para regar la huerta, lavar los platos y el patio, así evitamos gastar el agua tratada y ahorramos dinero. Además de que nos ayudaron a instalar las tecnologías, nos hacen visitas técnicas para revisar que todos los elementos estén funcionando correctamente; por eso estamos tan a gusto con el programa”. Además de esto, Luis Ángel cuenta que antes de tener las canoas su casa era muy húmeda y fría, ya que cuando llovía toda el agua del techo escurría por las paredes. “Nosotros no podemos decir que alguna vez se nos ha perdido alguna cosecha por falta de agua porque yo cuento con tres tanques que me permiten recoger tres mil litros a través de las canoas y con esto tengo agua suficiente para regar los cultivos”,dice agradecido Luis Ángel.

Las familias participantes de Hogares Sostenibles pertenecen a las Veredas: Mazo, y Piedras Blancas del corregimiento Santa Elena y La Honda del municipio de Guarne.

La estrategia que inició con 20 familias, hoy beneficia al doble. El programa de Hogares Sostenibles le sigue apostando a las actividades formativas que impulsan a las familias a consolidar sus hogares y territorios como espacios sintonizados con el equilibrio ambiental por medio de la implementación de parcelas agroecológicas, práctica que se ha podido consolidar como una estrategia de producción limpia y de aprovechamiento de desechos y residuos que terminan siendo compostaje, es decir, volviendo a la tierra para iniciar un nuevo ciclo productivo Esta consolidación se ha dado a través de los Encuentros de Saberes donde todas las familias se reúnen aproximadamente una vez al mes, ya sea en algún Hogar Sostenible o en un espacio del Parque Arví, estos encuentros ayudan a generar recordación en los participantes, además permiten que el grupo comparta y socialice experiencias que ayudan a construir y fortalecer conceptos, ideas y anécdotas.

“No somos grandes productores, somos buenos productores. Gran productor es el que siembra 2.000 o 3.000 bultos de papa y el buen productor es el que sabe el manejo de la agricultura, de modo que no se le pierda haciendo la alelopatía. Alelopatía es que yo siembro la cebolla con la coliflor y la lechuga juntas entonces la cebolla aleja los insectos y evita que se coman la producción de las demás verduras”, explica Luis Ángel, entusiasmado.

“La aleopatía es un fenómeno biológico por el cual un organismo produce uno o más compuestos bioquímicos que influyen en el crecimiento, superviviencia o reproducción de otros organismos” (Tomado de Wikipedia)

Entre los diferentes encuentros de saberes que se han realizado en el presente año en Hogares Sostenibles están: cuidado y conservación de semillas nativas, plantas medicinales y medicina ancestral, contenidos que buscan que las familias participantes encuentren en sus cultivos una forma de obtener ingresos económicos con la cosecha de las diferentes plantas. Y el taller de alimentación saludable, que tiene como objetivo enseñar diferentes preparaciones de verduras poco apetecidas por los participantes, como la coliflor, el zuchini o las berenjenas, que, aunque son producidas en sus propias huertas, no son del agrado de muchos y si no alcanzan a ser comercializadas en su totalidad se terminan desperdiciando.
Hogares Sostenibles, un programa que permite beneficiarse de la generosidad productiva de la naturaleza, generando un vínculo de responsabilidad, gratitud y afecto en aquellos que tienen la bella labor de sembrar y cosechar la tierra para alimentarnos de felicidad.

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