El muerto al hoyo y el vivo al baile

Es un dicho bien antioqueño que habla de seguir bailando luego de sepultar al muerto o incluso bailar y festejar mientras está agonizando. Es, más o menos, lo que pasa en este momento en Santa Elena, mucho jolgorio y fiesta, muchos visitantes, mucha bulla y pocos se acuerdan del dolor e incertidumbre que existe en la parte central, donde la Familia Hincapié y los feligreses aún esperan respuestas a la posible demolición y repotenciación de las edificaciones, debido a los agrietamientos que se hicieron evidentes en marzo de 2018, o sea hace casi año y medio. La fiesta pasa, seguro. El lunes 12 de agosto Santa Elena amanecerá enguayabada, hastiada y aburrida de la celebración que sólo deja basura, billetes falsos y borrachos, aliviada porque el despelote y la fiesta regresarán en un año más, hasta julio-agosto de 2020.
Pero volviendo al tema de la solidaridad, ésta en Santa Elena se esfuma, dependiendo de la época del año o si me afecta el tema o no. De la época del año, por ejemplo, en Feria porque lo que se dice es “estamos en fiesta”, “¿cómo vamos a afectar la economía del corregimiento en plena Feria de las Flores?”, “No es posible hablar porque se genera pánico y la gente no va a subir”, premisa que se menciona casi todo el año y otras que ni siquiera es bueno publicar. Lo otro es qué tanto me afecta lo que pasa y si está lejos de afectarme, solidaridad cero. Si no me toca, no es mi vereda, no le ocurre a familiares o cercanos o definitivamente no me afecta el bolsillo, no me interesa. Y la comunidad de Santa Elena puede ser tan sorda, ciega y muda como indolente ante las necesidades de otros, porque hace como que nada existiera. “Sigamos bailando, que para eso es feria”, parecen decir.
Y es que desde que se conocieron las conclusiones del estudio entregado por la firma Artinco, en el que se expresa que ninguna de las grandes construcciones realizadas en la parte central ni las obras de la Concesión Túnel Aburrá Oriente son las causantes de los agrietamientos de las edificaciones afectadas, el ambiente en la centralidad ha sido de incertidumbre, de tristeza, de desazón, por lo que va a pasar, por las respuestas que nadie quiere dar. Sensaciones opacadas por la fiesta pero que seguramente el lunes 12 de agosto, con la resaca, volverán a surgir. Hasta ahora no hay respuestas, ni soluciones, no hay estrategias desde las administraciones municipal y departamental para apoyar a la Iglesia y a la Familia Hincapié en la reconstrucción de esos edificios y tampoco hay ningún asomo de acciones de responsabilidad social con el territorio que atraviesa la megaobra que será inaugurada el próximo 15 de agosto con presidente a bordo. A esto, sobra sumar la carretera que une a la zona urbana con Santa Elena, que también debería ya estar siendo refaccionada y repavimentada, pues se encuentra en estado lamentable en el sector correspondiente a la Concesión. Nótese que una vez la vía entra a jurisdicción de Medellín, está recién pavimentada, señalizada y organizada. Lo mínimo que se espera es que la vía, aunque por debajo vaya un túnel, reciba pavimento y señalización para dejarla en óptimas condiciones y que no ocurra, como se teme, lo mismo que pasó con la vía que unía a San Cristóbal con San Sebastián de Palmitas, por el Alto de Boquerón, que luego de la construcción del Túnel de Occidente entró en estado de total abandono. Esperemos que la Concesión y la Gobernación de Antioquia se apiaden del tramo que les corresponde y dejen para el corregimiento una vía en las mejores condiciones.
Volviendo al tema inicial, este 7 de agosto hubo un sepelio simbólico de la iglesia del corregimiento, cuna de los silleteros, sede de la cultura ancestral del arte de las flores, pero donde la tristeza por la falta de respuestas se quiso evidenciar y recordar en medio de la fiesta para reclamar la solidaridad de propios y extraños. Mientras abajo bailaban con el tablado de la Semana Cultural Silletera, arriba los adoloridos y dolientes del tema se pronunciaban sobre la incertidumbre y el dolor. Aunque este muerto aún no tiene sepultura, para este caso el muerto fue al hoyo y el vivo siguió en el baile. Esperemos que a partir del 12 de agosto este tema pueda ser mirado con ojos de solidaridad y se empiecen a ver las respuestas.

2 comentarios en «El muerto al hoyo y el vivo al baile»

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