En El Progreso también temen efectos del túnel

Aunque la joven tenga en su cuaderno anotadas 50 explosiones ocurridas entre el 3 de febrero y el 28 de marzo de 2018, la Concesión Túnel Aburrá Oriente afirma que las detonaciones no tendrían porqué sentirse pues los decibeles (la medición del sonido) están muy por debajo de la norma internacional. Sin embargo, para Lina*, una joven habitante de la Vereda El Progreso, perteneciente a Rionegro se volvió un hábito apuntar en su cuaderno, sin importar la hora del día, la noche o la madrugada, días hábiles o fin de semana, cada vez que siente las detonaciones, algunas hasta tres veces en un mismo día. También observa con tristeza cómo la casa de sus padres y en la que ella habita se va a agrietando con el paso de los días y algunas ‘rayitas’ que eran pequeñas van cambiando de aspecto para ser grietas visibles que atraviesan los muros.

La situación de Lina es la de varios habitantes de la vereda, donde hay alrededor de 10 casas afectadas por grietas, unas más pronunciadas que otras, pero que inquietan a los vecinos.

Preocupa, además, la pérdida, lenta, de algunos nacimientos o humedales en fincas que tradicionalmente ahí estaban y ya no existen más. “Y eso que estamos en invierno”, dicen.

La Vereda El Progreso queda en la parte trasera de Cerro Verde, zona de importancia estratégica ambiental por ser estrella fluvial en plena divisoria de aguas (lugar limítrofe donde nacen varias quebradas y donde la montaña deja caer unas aguas hacia una vertiente, Medellín y hacia otra vertiente, Rionegro), con una maravillosa vista hacia el Oriente cercano y por la vía que de Santa Elena conduce a Rionegro, pasando por Las Brisas, El Establo, La Quiebra y que continúa hacia Sajonia.

Un Comité Comunitario

Desde 2016 la comunidad de la Vereda El Progreso participa en el Comité de Participación Comunitario, generado por la Concesión, que según reza en el reglamento “tiene como finalidad la construcción colectiva de alternativas que conduzcan al sano desarrollo de las actividades propuestas en el Plan de Manejo Ambiental, el análisis y la gestión de inquietudes, quejas y reclamos planteados por las comunidades”. Afirma que la agenda será concertada y pública, así como sus actividades vinculantes y que, con este comité, se aspira a “…detectar, prevenir y solucionar situaciones de orden social, identificar expectativas e intereses de los actores y las comunidades, o en su defecto, si la situación lo amerita, poder operar el plan de contingencia a partir de una alerta temprana con la pretensión que la empresa y los pobladores se asuman como aliados generadores de cambios sociales y físicos en el territorio”.

Sin embargo, de manera reiterada y desde 2014 cuando se reanudaron los trabajos, la Concesión ha manifestado a la Junta de Acción Comunal de esta zona que las grietas y averías en las casas, la pérdida de algunas aguas y las fuertes vibraciones por las explosiones no tienen relación con las obras que se realizan para la construcción del túnel. La comunicación más reciente, fechada el 9 de marzo de este año, les indica que las grietas pueden ser originadas por tratarse de viviendas construidas sin mucha técnica, ser construcciones viejas y edificadas con otros métodos menos tecnificados o simplemente por el paso del tiempo.

De la misma manera, el 27 de marzo, en reunión en la parte central, un delegado de la Concesión indicó que la ejecución del proyecto Túnel de Oriente no tiene relación alguna con la situación que se presenta de agrietamientos en la iglesia, casas y locales circundantes.

Así las cosas, el tema aún sigue abierto, a la espera de respuestas oficiales y la comunidad, con su angustia.

*Nombre ficticio para proteger su identidad.

 

 

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