La inseguridad, otra vez

Nuevos episodios de inseguridad, de todos los calibres, se rumoran y comparten a través de los distintos grupos de WhatsApp del corregimiento. Tristemente no son ficción y aunque las autoridades hacen lo pertinente para garantizar, como es su deber, la seguridad de los ciudadanos, duele que en Santa Elena se presenten una y otra vez eventos que afectan la tranquilidad. No es un asunto nuevo. Cada año, en cualquier época, se escuchan rumores que terminan siendo ciertos sobre un atraco a una buseta, un robo a una finca o hurtos de pipetas en casas o negocios o de espejos a carros en pleno parque principal. Por fortuna, ya hay más cultura de denuncia y así se garantiza que las autoridades puedan hacer su trabajo.
Es más preocupante la insistencia de personas y organizaciones del corregimiento en que no se denuncie ni se diga nada ‘para no afectar el turismo’. Para quienes no saben, uno de los flagelos que acompaña el turismo en muchos lugares es la llegada de la inseguridad y es necesario combatirla, inicialmente, denunciando. Turismo seguirá habiendo. Santa Elena es un lugar hermoso y atractivo y la gente no dejará de visitarlo. Sin embargo, si callamos ahora, de nuevo, (con cada episodio de inseguridad la insistencia es la misma, calle, no diga, no hable) el paraíso se nos puede convertir en infierno. Hay que actuar y debe ser ya.
No sabemos cuándo será que nos paren bolas con la gestión de antenas de radiocomunicaciones para celulares entre La Cascada y El Silletero, pues hay trayecto de unos 20 minutos donde no hay señal de ningún operador, lo que impide hacer llamadas y denuncias de cualquier tipo de situación en tiempo real (esto para temas de inseguridad y accidentes de tránsito). Sabemos que la Policía hace su mejor esfuerzo para hacer controles periódicos en la vía, pero tampoco sabemos cuándo nos pararán bolas con aumentar el pie de fuerza del corregimiento, porque no son suficientes los agentes que hay y no alcanzan a cubrir un territorio tan grande. No sabemos tampoco si sea posible, ojalá sí, instalar una red de cámaras en sitios estratégicos para monitorear lo que pasa y actuar con prontitud. Lo demás, nos toca a los ciudadanos, estar alertas, cuidar que no haya movimientos o personas extrañas en el entorno, protegernos unos a otros con redes de vecinos y cadena de llamadas y denunciar si algo pasa. Y jamás, callar, eso sí.
No podemos seguir echándole tierrita a cada dificultad en el corregimiento ‘porque se afecta el turismo’. No, definitivamente no. Cuando las situaciones tengan tanta ventaja, producida por silencio de años y ya el corregimiento no sea el paraíso que es muchos dirán, vea, dijimos, hablamos, denunciamos sin haberlo hecho y la historia les cobrará el silencio cobarde. Silencio acomodado en tiempos difíciles para no hacer mucha bulla y no afectar el turismo y la economía. No es bueno guardar silencio. Hay que denunciar, informar, alertar y obvio sin generar pánico, pero las cosas difíciles tienen que salir a la luz porque es la única oportunidad para que sean solucionadas. Si no, los amigos de lo ajeno también entenderán que pueden hacer y hacer y seguir haciendo daños sin que nadie se mueva ni diga nada. ¿Ese silencio podría ser complicidad? Tal vez sí. Y bueno, nosotros como medio de comunicación tampoco nos vamos a callar. Nos han insinuado que, por favor, prudencia, no decir, no publicar, que se afecta el turismo, pero se afecta más el turismo si hoy no hacemos nada. Así que no, no nos callamos y seguiremos publicando con el único ánimo de que las situaciones se solucionen y que nuestra amada Santa Elena siga siendo el remanso de paz que aún hoy se cuenta. No podemos permitir que unos pocos (porque son poquitos, seguro) nos dañen la paz, el ambiente, la tranquilidad y la cara bonita que tiene Santa Elena, que generen zozobra y prevención cada vez que alguien se sube a una buseta o hace la fila en el paradero. Con el apoyo decidido de las autoridades y de la Policía, que sabemos que hacen su trabajo con rigor y compromiso, se lograrán frutos para recobrar el sosiego en el corregimiento. Pero que no nos vengan a decir que, a estas alturas, de nuevo, con estos episodios de inseguridad los cuales se repiten, desaparecen, se reactivan y en algunos casos se agudizan, nos quedemos callados. No, rotundamente no. Y todo, menos quietos o silenciosos, es nuestra labor y así seguirá siendo.

3 comentarios en «La inseguridad, otra vez»

  • el 21 julio, 2018 a las 7:23 pm
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    Totalmente de acuerdo y agradecida por articulos como este, que nos llama a la unión, a la solidaridad para hacer frente a episodios como los presentados esta semana en el corregimiento.
    La muestra del robo de la finca nos corribora que la unión hace la fuerza.
    Muchas gracias.

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  • el 21 julio, 2018 a las 7:29 pm
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    Muy importante denunciar, aspecto que hace parte de cultura ciudadana, cuidar nuestro territorio unidos defenderlo.
    Esta semana con lo del robo a la finca, tuvimos una gran muestra de movilización, y se logró recupetar parte de lo robado, gracias a la pronta gestión de los vecinos.
    Asi se crea una barrera humana invencible, ante sucesos como ese, que nos demuestra que la unión hace la fuerza.

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    • el 23 julio, 2018 a las 3:29 pm
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      Gracias Martha por tu comentario. La verdad sí, la unión hace la fuerza y cada vez más toca llamar a la solidaridad, en tiempo real, para lograr acciones efectivas y prevención de delitos. Gracias por escribirnos.

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